Luis Roberto Robles J.
Para los antiguos mayas, Chaac era el dios del agua y tenía la facultad de controlar el clima, a él se debía la energía de la vida, las lluvias y las temporadas de cosecha y, por lo tanto, el éxito en la agricultura. Chaac era una deidad poderosa y había que tener buena relación con él, para lograrlo, cada persona era responsable de expresar la energía de la vida de forma positiva, con respeto y amor a todos los seres vivientes y debían eliminar elementos indeseables de la mente. Cuando Chaac estaba satisfecho los temporales eran buenos, de lo contrario, se expresaría con furiosos huracanes o intensas sequías. En la actualidad sabemos que el clima es una compleja interacción entre el océano y la atmósfera principalmente, dónde el sistema terrestre busca distribuir la energía mediante el ciclo del agua y que los elementos naturales se combinan con los cambios provocados por la actividad humana, aun así, vale la pena la siguiente reflexión: ¿Qué tan irritado debe estar Chaac en el presente?
El clima global está cambiando como resultado del desequilibrio provocado por las actividades humanas. Año con año estamos experimentando con mayor frecuencia e intensidad fenómenos climáticos extremos que no estaban pronosticados. Hace unas semanas el 80% del territorio mexicano experimentó una fuerte onda de calor que provocó temperaturas hasta de 50°C en algunos lugares como Mexicali o San Luis Rio Colorado.
En contraste con esta intensa onda de calor, la formación de tormentas tropicales en el atlántico y pacífico parecen estar cerrando una pinza tempestuosa que en los próximos días estará trayendo lluvias extremas en el sur, centro, occidente y noreste del país.
No conforme con esto, las condiciones para que en agosto se formalice la presencia del fenómeno de El Niño de gran intensidad son muy altas, sumando a esto, se está presentando una inusual alta temperatura en el atlántico tropical occidental que cambia todos los pronósticos sobre la formación de huracanes lo cual tiene a los meteorólogos y climatólogos rompiéndose la cabeza.
Un estudio reciente presentado por investigadores de las Universidades de California y Brandies concluye que los huracanes tienen la capacidad de transportar calor hacia el fondo del océano, dónde queda almacenado y es transportando por corrientes internas, para posteriormente surgir a la superficie a miles de kilómetros del lugar donde ocurrió el meteoro. Con cambio climático actual, ha incrementado el número de huracanes y con esto, el transporte de calor por debajo de la superficie oceánica también.
El Profesor Michael Mann, uno de los climatólogos más prestigiados en el mundo, publicó en redes sociales una observación preocupante sobre el patrón de flujo de las corrientes de chorro de la atmósfera alta, que están generando domos de alta presión y calor que producen olas de calor como las vividas recientemente en México en y domos de baja presión que producen intensas tormentas invernales como las ocurridas en Canadá y EE.UU en enero de este año y que persisten por más tiempo del habitual.
El sistema climático está respondiendo de acuerdo con las leyes de la termodinámica y en función de las interacciones que existen entre el océano, la atmósfera, los glaciares, la propia tierra y la vida contenida en ella, es un sistema complejo y nuestras mejores computadoras no tienen la capacidad aún de modelar con precisión esta respuesta, por este motivo en Acuario Michin, te invitamos a retomar lo elemental, una bella enseñanza que nos dieron los antiguos mayas, expresarnos con amor y respeto por todos los seres vivos, por los ecosistemas y por nuestro hogar la tierra.