Luis R. Robles J.
Una enorme grieta de más de 50 km está separando la región oriental de África del resto del continente, dando lugar a la formación de un nuevo océano y continente.
La región africana de Afar, en el desierto de Etiopía está mostrando una intensa actividad tectónica que desde 2005 evidencia cicatrices. Para entender lo que está pasando es necesario recordar los principios de la teoría de tectónica de placas.
De forma breve, nuestra corteza terrestre está formada por dos tipos fundamentales de roca; el basalto que forma la corteza oceánica y tiene un espesor promedio de 11 kilómetros; así como del granito que forma la corteza continental y tiene un espesor promedio de 30 kilómetros. Para los seres humanos esto puede significar una distancia muy grande; sin embargo, el manto es un horno de material incandescente que se extiende hasta unos 2900 kilómetros de profundidad. Comparado con esto, la corteza es al interior de la Tierra lo que el cascarón a un huevo o una mejor comparación es la nata que se forma en la superficie de una taza de chocolate caliente.
Las rocas que forman la corteza son los agregados de minerales que se ha enfriado, pero debajo de estos fluye material magmático a más de 700°C y esto provoca que esas rocas estén fragmentadas en placas, como un gran rompecabezas que se está renovando constantemente, pues el material nuevo empuja desde el fondo y fluye lentamente a la superficie en las zonas productivas o rifts (como lo que está pasando en África oriental) mientras que en el contacto entre las placas oceánicas y continentales, las primeras se consumen, hundiéndose por debajo de las segundas, lo que genera la aparición de volcanes. Este proceso ocurre en un lapso casi imperceptible para el ser humano, pero cada vez que sentimos un sismo, es el recordatorio de que nuestra corteza se mueve.
Los geólogos que están estudiando la grieta del oriente africano, estiman que, en unos 5 millones de años, la grieta habrá separado por completo el continente y una nueva cuenca oceánica bañará las nuevas costas formadas en lo que hoy son países completamente continentales como Uganda, Ruanda Burundi y Zimbawe.
Pero no hay que ir hasta el otro lado del mundo para ver un fenómeno geológico como este. En México ocurre algo muy similar, una gran cicatriz recorre desde el noroeste de California y se introduce por el golfo de Santa Clara, abriendo cada vez más el mar de Cortés. En algunos millones de años, la península de Baja California se habrá desplazado lo suficiente para quedar separada del continente.
La cara de nuestro planeta cambia constantemente, toma muchos más años de los que tiene la historia de la humanidad para que nuevas cuencas oceánicas y continentes se formen por completo, pero las evidencias están a la vista. En Acuario Michin te invitamos a que conozcas más sobre estos temas en las charlas con nuestros expertos.