Luis R. Robles J. Junio 2022
El océano austral o antártico es el lugar menos accesible del mundo, la corriente circumpolar antártica recorre con furia la Antártida cumpliendo con la importante tarea de regular el clima mundial. De junio a septiembre, durante el invierno austral, una larga noche tiende su manto sobre el continente congelado, la temperatura baja hasta los -50°C y las ráfagas de viento son tan fuertes que podrían descarrilar un tren en marcha. Estas difíciles condiciones no deben confundirnos, la Antártida es un lugar hermoso y sus costas y mares rebozan de vida.
Muchos países han reclamado territorios en el continente antártico con el fin de poner bases para el estudio científico, estos territorios son reducidos, la mayor parte del círculo polar antártico se considera territorio internacional. Durante los meses de verano, de enero a marzo, es posible encontrar pequeños grupos humanos realizando observaciones y muestreos, pero también es posible encontrar enormes flotas pesqueras que acuden a este paraíso de hielo aprovechando la imprecisión de las reglamentaciones internacionales.
El mar de Ross, ubicado en el extremo oriental de la península antártica, es la última frontera oceánica al sur del planeta, es el único lugar que no ha sido afectado por la actividad humana. Sus aguas albergan la mayor proporción de los principales depredadores marinos, una tercera parte de la población de pingüinos, ballenas minke, orcas, focas de Weddell, focas cangrejeras, focas leopardo y una gran cantidad de merluzas negras cuya abundancia se debe a la buena salud del ecosistema.
En 2004, el ecólogo David Ainley publicó un trabajo en el que describe con preocupación la amenaza creciente al ecosistema del Mar de Ross debido al arribo cada vez más numeroso de buques pesqueros (la mayoría de ellas sin bandera. Ese mismo año el artista Jhon Weller se en contacto con Ainley con una propuesta muy ambiciosa: lograr que el Mar de Ross fuera declarado como Área Marina Protegida, la más grande del mundo.
Los siguientes 12 años fueron de un trabajo muy arduo para Weller y Ainley, sin muchos recursos y con muchos desvelos fueron creando lentamente la fuerza que impulsó el proyecto hacia su objetivo. El gran esfuerzo empezó a tener eco y a este proyecto se unieron organizaciones, científicos, políticos y el cineasta neozelandés Peter Young quienes fueron fundamentales para captar la atención de los líderes mundiales. Las fotografías del Mar de Ross tomadas por Weller han dado la vuelta al mundo, en ellas retrata la belleza única de los paisajes antárticos.
El proyecto pasó por un momento crítico, parecía que todo el esfuerzo sería para nada y mientras tanto la sobrepesca continu
aba creciendo junto con otras agresiones al medio ambiente. Weller cuenta que pasó por momentos muy oscuros pensando que toda esa belleza se perdería por la ambición humana, sin embargo, la recompensa vino una noche de octubre de 2016, cuando la Comisión para la Conservación de los Recursos Marinos, que es el organismo gubernamental internacional que gestiona el Océano Austral, declaró por unanimidad proteger al último ecosistema virgen que queda en nuestro planeta.
Esta es una maravillosa lección de perseverancia, amor y respeto por la naturaleza. En Acuario Michin celebramos que el Mar de Ross, patrimonio natural de la humanidad, conserve su imponente biodiversidad y belleza.
Referencias:
The Ross Sea: Dr David Ainley describes the Ross Sea in Antarctica, a rich biodiversity hotspot and perhaps the last remaining ocean on earth where top predators abound and drive the ecosystem. But industrial fishing, with New Zealand companies being major participants, threatens to destroy this unique ocean habitat and its abundant life.. (n.d.) >The Free Library. (2014). Retrieved Jun 21 2022 from.
Ainley D. 2008 Climate Witness: David Ainley Antartica Climate Witness: David Ainley, Antarctica | WWF (panda.org)
El Mar de Ross: el último océano. Museum of Natural History University of Colorado Boulder https://www.colorado.edu/cumuseum/el-mar-de-ross-el-ultimo-oceano