Luis R. Robles J. Agosto 2022
En la oscuridad de las profundidades del océano, dónde nadie ha podido ver jamás, ocurren las batallas más arduas entre dos enormes gladiadores; el cachalote (Physeter marocephalus), un enorme mamífero odontoceto que llega a medir más de 15 metros y pesar más de 40 toneladas y por el otro lado el calamar gigante (Architheutis sp.) el más grande de todos los invertebrados que alcanza un tamaño similar al del cachalote. Ambos animales han inspirado novelas y mitologías, por ejemplo, Moby Dick de Herman Melville nos cuenta sobre una enorme ballena que aterroriza al capitán Ahab quién se embarca en una obsesiva persecución detrás de aquel enorme cachalote blanco. Así mismo, la mitología escandinava nos cuenta sobre el colosal Kraken, un calamar gigante que devora barcos y marineros.
Por la naturaleza de estos grandes animales que suelen bucear hasta los horizontes abisales (más de 3 mil metros de profundidad) poco podemos decir de sus hábitos durante sus tiempo de inmersión, pero sabemos que cuando estos dos gigantes cruzan sus caminos, el encuentro es muy poco amistoso.
Todos los calamares llevan al interior de sus ventosas unos afilados anillos aserrados con los que sujetan y desgarran a sus presas, esta característica los diferencia de sus primos los pulpos y las sepias. Tratándose del calamar gigante, estos “anillos” son proporcionales a su gran tamaño, cabe decir que nadie ha podido documentar un avistamiento de calamar gigante, lo que conocemos de ellos ha sido gracias a que se han encontrado algunos ejemplares sin vida flotando en las cercanías de la costa.
De los cachalotes sabemos un poco más, estos mamíferos tienen hábitos sociales y verlos en su medio natural ha sido más fácil, incluso durante algunos años fueron cazados, al igual que sus parientes las ballenas, para extraer de ellos aceite y carne. Afortunadamente hoy están protegidos por las reglamentaciones internacionales y su caza es fuertemente castigada por las autoridades ambientales.
Pero entonces ¿cómo sabemos que estos enormes gladiadores se enfrentan en el fondo del mar? La respuesta es simple, las cicatrices de la batalla los delatan, por un lado es común ver a los cachalotes adultos con las marcas imborrables e inconfundibles de las ventosas del calamar, por otro lado, en algunas necropsias hechas a cachalotes que vararon en las costas, se ha encontrado en su contenido estomacal tentáculos que los calamares perdieron durante el duelo.
Desde el punto de vista humano puede parecer trágico, pero en realidad es el ciclo de la sabia naturaleza que ha puesto a estos gladiadores en la arena submarina. En Acuario Michin te invitamos a conocer más sobre los misterios de las profundidades oceánicas.