Luis Roberto Robles J.
Los hongos son un grupo diverso de organismos eucariotas (sus células tienen un verdadero núcleo) que se encuentran en una variedad de ambientes. Son conocidos por su capacidad de obtener nutrientes a través de la descomposición de materia orgánica y otros organismos, y pueden presentarse en diferentes formas, como hifas, levaduras, esporas o cuerpos fructíferos. Los hongos desempeñan funciones clave en el ecosistema como simbiontes y patógenos. A través de sus hifas, las cuales forman una red de micelio que se extiende por el suelo, los hongos se conectan con las raíces de los árboles y establecen una simbiosis conocida como micorriza. Esta relación permite a los árboles obtener nutrientes y agua del suelo, mientras que los hongos reciben azúcares y otros compuestos producidos por los árboles. Adicionalmente, los hongos proporcionan una red de comunicación entre los árboles, transmitiendo señales químicas entre las raíces que alertan sobre la presencia de patógenos o la necesidad de compartir recursos. De esta manera, los hongos juegan un papel importante en la creación de un ecosistema sano y equilibrado.
Un estudio reciente por investigadores de la Universidad de Sídney nos muestra otra de las bondades de estos organismos, se trata de un descubrimiento que tiene el potencial de ofrecer una solución contundente contra la contaminación por plásticos. Cabe decir que la contaminación por plásticos es un problema creciente en todo el mundo, se trata de un material resistente y duradero, lo que significa que puede tardar milenios en degradarse sin llegar a descomponerse por completo y como resultado, los desechos de plástico se han acumulado en los océanos, los ríos y la tierra, causando daños a la vida silvestre y al medio ambiente en general.
Dicho lo anterior, el trabajo presentado por las investigadoras Amira Samat, Dee Carter y el profesor Ali Abbas es de gran relevancia. Este equipo de trabajo descubrió que los hongos de la especie Aspergillus tubingensis y Engyodontium album (dos hongos comunes de jardín) producen enzimas capaces de descomponer el poliuretano, uno de los plásticos más resistentes y difíciles de degradar, en solo 140 días. Aunque el hallazgo es prometedor, aún se necesitan más estudios para determinar si esta técnica de descomposición de plásticos puede ser económicamente viable y sostenible a largo plazo.
De acuerdo con los investigadores, el próximo paso será descubrir cómo cultivar y utilizar de manera efectiva este hongo a escala industrial. De cualquier forma, el descubrimiento de que un hongo común puede degradar plásticos resistentes en solo unos pocos meses es una gran noticia para la lucha contra la contaminación por plásticos.
Sin lugar a duda, la ciencia avanza a grandes pasos en favor de reducir los efectos nocivos de la contaminación, así también es nuestra tarea hacer valer el conocimiento para que todos podamos vivir en un lugar mejor. Te invitamos a Acuario Michin a combatir la contaminación con nuestros programas de reciclaje, talleres de educación ambiental y acciones a favor de la conservación.